Beneficios de rasparse la lengua

Mientras dormimos, cuando el cuerpo está en reposo, el sistema digestivo trabaja para desintoxicarse de manera natural. Parte de las toxinas que el cuerpo elimina se depositan en la lengua, creando sobre ella una fina capa que puede verse al despertar o cuando pasamos mucho tiempo sin comer (dado que nuestro cuerpo entra en detox cuando no tiene que digerir alimentos). Esta capa de la lengua puede tener distintas tonalidades y revela mucha información sobre el estado de nuestra salud.

Es importante la eliminación de este revestimiento diariamente, usando un raspador de lengua, para que estas toxinas no sean reabsorbidas por el cuerpo y así evitar, a la larga, problemas digestivos y respiratorios que pueden provocar distintas patologías.

Rasparse la lengua nada más levantarnos debería ser, por tanto, una práctica imprescindible en nuestra rutina diaria para cuidar nuestro organismo, dado que:

  • Previene la placa, las caries y las infecciones de encías, dado que elimina las bacterias de la lengua que pasan a los dientes formando la placa dental y la acumulación de las mismas que ocasionan las caries.
  • Previene y/o elimina el mal aliento (halitosis), ya que las células muertas de la lengua son las responsables de halitosis en la mayoría de los casos.
  • Mejora el sentido del gusto, al benficiarse también las papilas gustativas de dicha limpieza.
  • Mejora el sistema inmune. Todas las toxinas que se quedan en nuestra lengua sin limpiar son reabsorbidas y acaban esparcidas por nuestro organismo dando trabajo a nuestro sistema inmune que las tendrá que eliminar de nuevo.
  • Reduce enfermedades. Como ya comenté anteriormente, si las toxinas de la lengua vuelven a reabsorberse continuamente, acaban causando problemas respiratorios y digestivos y creando distintas patologías.
  • Mejora la digestión, ya que el raspado limpia y prepara a la lengua para que pueda producir tanto la saliva como las enzimas, tan necesarias para una buena digestión.
  • Además es muy sencillo de usar. Tan solo tienes que coger el raspador con ambas manos y llevar la parte curva del mismo a la base de la lengua (en el interior de la boca). Simplemente hay que arrastrar el raspador por la superficie de la lengua, desde la base hasta la punta.  Enjuaga el raspador y repite tantas veces como consideres necesarias para que se quede limpia. Una vez hayas terminado, lava el raspador con agua caliente.

Espero que te animes a probarlo y ya me contarás, si te apetece, tu experiencia y los cambios que has ido observando en ti.

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