Debo decir que tengo muchísima suerte con la tienda a la que voy a comprar habitualmente porque me tratan como una reina… ¡ayer me regalaron este Romanesco tan bonito!
¿Os habéis fijado que cosas tan maravillosas nos brinda la madre naturaleza? Parece casi un milagro que algo pueda crecer naturalmente con semejante geometría, formando un verdadero fractal. Si te fijas es fácil apreciar cómo la misma geometría se va repitiendo constantemente a diferentes escalas.
Muchas gente piensa que el romanesco es un híbrido entre una coliflor y un brécol, pero no, es una variedad verde de coliflor italiana, de la familia de las crucíferas.
Características de las crucíferas:
Este grupo de vegetales destaca por su alto contenido en fibra, betacarotenos, provitamina A, vitaminas K y C, ácido fólico y minerales antioxidantes, entre ellos hierro calcio, zinc y selenio.
Las crucíferas además contienen glucosinolatos, que son los encargados de mantener el organismo saludable y las defensas altas. Son compuestos azufrados responsables del sabor picante y amargo característico de estas plantas.
Propiedades terapeúticas de las crucífereras:
- Son potentes antitumorales.
- Tienen un gran poder antiséptico a nivel intestinal y brocodilatador sobre las vías respiratorias.
- Son antimucolíticos.
- Favorecen la eliminación de tóxicos en el hígado.
- Protegen además el sistema cardiovascular.
- Colaboran con la mejoría de la piel y las mucosas.
Desde el punto de vista ayurvédico, las crucíferas reducen pitta y kapha pero aumentan vata. Es por ello que las personas con esta constitución deberían consumirlo con cebolla y zanahoria y especias como jengibre, clavo y laurel.